El 13 de octubre de 1909, hace ya 100 años, el Estado, bajo la presión de la Iglesia Catolica, fusiló a Francisco Ferrer i Guardia. ¿Cuál fue el motivo? Promover una educación laica, de coeducación de sexos, basada en la libertad y el respeto. Naturalista y empirica. Ese fue su crimen, comenzar la andadura de lo que hoy llamamos Pedagogía Libertaria.
Fue culpado injustamente de incitador a las masas en los disturbios de la semana trágica de Barcelona.
Hoy, casi 100 años después, el Estado mediante sus órganos represivos, sigue coaccionando nuestra verdadera libertad de educación. La muerte de Ferrer i Guardia fue un freno en seco a la evolución de la educación y con ello las relaciones interpersonales.
Qué hizo Ferrer i Guardia para hacer creer que fue incitador de masas? Pues una simple cosa, ser intelectual, profesor, escritos y , el factor que cayó en su contra, ser anarquista.
A casi 100 años de su asesinato, seguimos aclamando la libertad para poder educar como queramos, no reproduciendo cánones estatales ni eclesiásticos. Poder enseñar a las siguientes generaciones no a ser obrerxs, arquitectxs, ingenierxs, dependientxs… si no a ser personas en contacto con otras personas ya que esa es la ley natural que ha hecho evolucionar y crecer a todas las sociedades humanas. El contacto de igual a igual con la libertad para poder obrar, demandar necesidades y prestar ayudas. Así queremos educar.
No queremos educar en represión, ni en miedo, ni en odio, ni en competitividad, ni en absolutismo, ni forzando las necesidades vitales. Queremos educar en libertad, en seguridad, en amor, en horizontalidad, de forma natural, respetando ritmos.
Que el centenario de su muerte sea un punto de partida para que nuestra lucha empiece de nuevo.
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