domingo, 11 de abril de 2010

Capitulo 3. Sembrando Rebeldía (yo soy unx niñx rebelde)


No nacer expresando una rebeldía intrínseca no es ningún factor determinante. Somos rebeldes y como cualquier otro factor innato, es también trabajable. Igual que nos lo apaciguan, y casi lo hacen desaparecer, podemos trabajarlo en nosotrxs haciéndolo ser parte de nuestros sentimientos, siendo el más fuerte sentimiento critico.

Algo muy importante es que al/la niñx se le deje crecer con conciencia crítica dándole la posibilidad de rebelarse, escuchando y dialogando de igual a igual, llegando a entendimientos y consensos.

La rebeldía surge cuando se establece un límite y la curiosidad intenta sobrepasarlo, como dijimos anteriormente, entonces demos cabida segura a esa necesidad. Puede que el límite se haya establecido por una necesidad de seguridad del adulto en cuanto al peligro, o puede ser establecido para estructurar el mundo caótico* en el que nuestrxs pequeñxs viven.

Siempre que sea posible, demos cabida a esa necesidad. Hagamos entender el porqué del límite e intentemos satisfacer esa necesidad, de forma que esta necesidad quede lo mas intacta posible.

Diariamente las personas que tratamos con niñxs en un ambiente dentro de un marco libre, vemos que ante límites claros surgen negaciones. Negaciones totalmente coherentes a ojos del niñx. Hay personas que desisten antes en este intento de experimentar lo que hay tras el muro, otras en cambio siguen buscando el límite para ver más allá. También se puede dar que el/la niñx busque el límite del/la adultx, es decir, que en este caso es un exploración del límite de esa persona.

Intentemos comprenderlxs. Intentemos ver las capacidades que podrían desarrollar descubriendo el mundo “prohibido” de lxs adultxs. Pensemos en cómo se potenciarían sus habilidades motrices desarrollando tareas que lxs adultxs hacemos pero que normalmente no ofrecemos, o limitamos, a lxs niñxs. Pensemos en tareas culinarias, de bricolaje, de limpieza… Un sinfín de tareas llamativas para ellxs y que normalmente, no están a su alcance.

Hay un principio psicopedagógica, desarrollado por Wolfensberg, que es el principio de normalización. Este habla, en síntesis, de coger un mundo inalcanzable para las personas con una discapacidad y hacérselo posible a la vez que intentamos que las actividades de estas personas sean lo más cotidianas y funcionales posibles.

En mi opinión, el entorno de lxs niñxs ha de estar adaptado y, como hablamos de satisfacer las necesidades del /la niñx no vamos a obligar ni intentar pseudo motivar al/la niñx, vamos a dejar que él/ella observe esas actividades en su situación real, e incluso podemos invitar a acompañarnos, podemos hacerlo espontáneamente, o mejor si vemos interés. Pero lo más importante es que les llame a ellxs y puedan hacerlo.

Ante el límite y la aparición de la rebeldía, podemos, según la edad del/la niñx, hacer presente el peligro y explicar su naturaleza en lo máximo posible, y poder llegar a acuerdos que intenten satisfacer su necesidad. Por ejemplo ante un caso de un niño con 3 años que intenta explorar un enchufe por encima del límite de que es peligroso, podemos intentar explicar la naturaleza y peligros de la corriente eléctrica. También podemos intentar hacernos de un enchufe y dárselo para que lo explore.

El caso es que esa rebeldía, esa curiosidad sobrepasante, se debe mantener dado que esto generará una estructura mental que se cuestione las cosas y se interese por aprender de su alrededor.

Cuando educamos a más de unx niñx podemos aprovechar esa rebeldía, que con los años y el incremento de la interacción entre ellxs llega a ser colectiva, para enfocar un aprendizaje colectivo que ayude a satisfacer esa necesidad, esa curiosidad, que en este caso ha dejado de ser individual y ha pasado a ser la necesidad de un grupo.

Una infancia de exploración, de rebeldía, es una infancia natural, y por lo cual es lo que nuestra estructura biológica necesita. Esto sucede a nivel psicomotriz en cuanto a que dejar desarrollar al cuerpo según nos pide ciertos movimientos y satisfacer la necesidad de saber y aprender según nuestros focos de interés, es hacer caso a nuestro instinto y por lo cual desarrollarlo de forma óptima.

Por ello cuando aparece la rebeldía intentemos hacer la realidad del/la adultx posible para ellxs y dar cabida en esta a sus necesidades intelectuales y motrices que la acompañan.

Una ambiente seguro y estructurado para la mente del/la niñx no tiene porque ser un lugar prohibido e inamovible, al contrario, puede ser algo adaptable y/o dialogado.

Siembra rebeldía, recoge mentes críticas.

*entendiendo caos por orden impredecible.



RudeSauCe

No hay comentarios:

Publicar un comentario